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Cómo impacta en la Argentina la alianza de China y los BRICS para salir del dólar
La decisión de China de empezar a desprenderse de su enorme stock de bonos del Tesoro de Estados Unidos es un paso más en el proceso de desdolarización que la superpotencia busca llevar a cabo junto a sus aliados del BRICS y el mundo árabe, para liderar el escenario internacional.
Según estima Bloomberg en base a datos oficiales del Tesoro, Beijing vendió 53.300 millones de dólares en bonos estadounidenses combinados durante los primeros tres meses de 2024.
Estos movimientos marcan el ritmo de una disputa geopolítica que tiene indicios de seguir creciendo este año, sobre todo con las elecciones norteamericanas en noviembre y que encuentran a la Argentina distanciada de los BRICS, uno de los principales bloques de poder global que alimenta China y que hasta la presidencia de Milei, la Argentina estaba encaminada a sumarse, como el segundo país latinoamericano después de Brasil.
Milei sin embargo decidió retirar la candidatura de Argentina a los BRICS y comenzó su presidencia con una serie de gestos hostiles a China que pusieron en riesgo la renovación del swap, situación crítica que ahora busca revertir la canciller Diana Mondino.
El analista y sociólogo de la Universidad de La Plata, Gabriel Merino, dijo a LPO que “si Argentina termina alineada contra China va a quedar muy mal. Puede tomar distancia y tener autonomía política y estratégica, puede rebalancear sus posiciones. Pero estamos en una situación riesgosa por la transición de poder que estamos viviendo”.
Merino analizó el proceso que comenzó la potencia asiática de toma de distancia del dólar. “China se viene desprendiendo desde hace años de los bonos del Tesoro, después de haber acumulado cerca 1.300 billones de dólares”, afirmó Merino y agregó que el actual movimiento “tiene un peso simbólico y un impacto significativo”.
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Merino planteó que “la creciente weaponización del dólar (utilizar al dólar como arma) a través de sanciones y otras cuestiones, ha acelerado el proceso de desdolarización, para sacarse dólares o activos dominados en dólares de las reservas”.
“La tendencia es que las reservas mundiales en dólares caigan el 72%. Es una lenta caída, sobre todo después de la guerra en Ucrania y de apropiarse de la mitad de las reservas de Rusia”, agregó.
Pero esta no es solo una jugada de China sino que también incluye a los países árabes. Merino afirmó que “están haciendo una misma lectura respecto de qué implica tener reservas en dólares. Creo que se está produciendo en todo ese mundo árabe-islámico, incluyendo también en el mundo persa, un cambio bastante sustancial. No por nada tenemos ahí cuatro de los cinco nuevos miembros de los BRICS, todos de esa región del llamado Medio Oriente o del centro de Afro-Eurasia”.
“Además están los acuerdos entre China y algunos países árabes para comerciar petróleo en yuanes. Hubo varios acuerdos importantes como el que se cerró en 2021 con Irán por 400.000 millones de dólares”, agregó Merino, quien recordó “la mediación china para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita, o también la coordinación de Arabia Saudita con Rusia en la OPEP (el llamado OPEP Plus) para mantener los precios altos del petróleo”.
El presidente Javier Milei.
“Esto avanzó incluso a pesar de las presiones de Washington para producir más petróleo por parte de la OPEP y que caigan los precios y eso perjudique a Rusia en plena guerra”, apuntó Merino.
Merino anticipó que “Estados Unidos va a tratar de aumentar la presión en esa idea de una nueva guerra fría o guerra mundial híbrida y un posible triunfo de Trump que va a agudizar esa narrativa, también para tratar de presionar por alineamiento, ¿estás conmigo o estás contra mí? Argentina tiene que tratar de evitar eso, pero hoy por hoy no sería el caso, por el contrario hay una sobreactuación en un alineamiento con Washington”.
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“Creo que Trump va a tratar también de insistir más fuertemente, si se liga nuevamente a los neoconservadores de Estados Unidos, va a insistir con mucho más en Oriente Medio, su foco geoestratégico, que en Ucrania”, remarcó.
En relación a las elecciones en EEUU y lo que se puede significar en la futura relación con China, Merino planteó que “si hay algo igual que comparten Republicanos y Demócratas es un furibundo mensaje anti-china, es el gran rival sistémico a vencer”.
“Lo que cambia a veces entre uno y otro son ciertas estrategias de cómo enfrentar a China. Aunque ya en Biden vemos una ofensiva fuerte, creo que Trump va a ser más fuerte con el tema de guerra comercial por los sectores a los que está ligado. De todas formas, Biden quiere seducir a parte de la base industrial que está con Trump con algunas medidas proteccionistas muy fuertes, como en vehículos eléctricos”, agregó.
Pero esta posición de EStados Unidos no necesariamente es compartida por Europa , donde están observando este polo de poder económico como una oportunidad que se expresó con fuerza con la última visita de Xi Jinping a Francia. Para China, según Merino, lograr un acercamiento a Europa es clave para evitar que aparezca un Occidente unificado en su contra.
“El año pasado fue determinante que Macron haya mostrado una diferencia importante con Estados Unidos en dos cuestiones, en la cuestión de Taiwán, donde Macron fue muy enfático en el tema del principio de una sola China”, señaló Merino.
“También fue un gesto de Macrón a Xi Jinping rechazar esta idea de abrir una oficina de la OTAN en Tokio y avanzar con la OTAN hacia el Pacífico, como insiste Estados Unidos. Para Francia y Alemania es fundamental la relación con China”, agregó Merino.
“Algunas de las automotrices alemanas como Volkswagen, venden más autos en China que en Europa y sería catastrófico también romper ese vínculo. También para China sería malo. Ninguno de los dos quiere verse arrastrados por Estados Unidos a un enfrentamiento”, agregó.
En este sentido, Merino, explicó que “la etapa que estamos en China, es como la tercer etapa del proceso iniciado en 1950. La primera etapa de Mao fue la reconstrucción del poder nacional, cierta base industrial, condiciones de vida mínima, centralización estatal, capacidades de defensa y volver a poner a China en la mesa de las potencias, en un lugar debajo de las grandes superpotencias, en ese momento Estados Unidos y la Unión Soviética”.
Después, continuó Merino, “vino la etapa de Deng Xiaoping, de expansión, de crecimiento, de aprovechar la globalización, pero bajo un modelo propio de desarrollo, con mucha presencia de empresas estatales, de los planes quinquenales, como grandes guías para el desarrollo. Una reforma y apertura, pero a la manera china”.
“Ahora, la era de Xi Jinping es la etapa más de consolidar a China, como ellos mismos dicen, como un poderoso país socialista moderno, como un gran centro. Terminar ese pasaje de una semi-periferia a un país desarrollado. Se lo plantean de acá a 20 años “, agregó.
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En ese proceso, Merino advierte que para “China es clave ligarse mucho más con el sur global para asegurar cadenas de suministros, de materias primas y de otros elementos, pero también como algo importante para el desarrollo, pensemos que ya los países asociados a la nueva ruta de la seda, los países del sur global empiezan a tener un peso en el comercio exterior de China más importante que el del norte mundial, de Japón, Europa, Estados Unidos. Entonces creo que ahí apunta a fortalecer una presencia en el llamado sur global”.
Esta nota fue publicada en el portal LaPolíticaOnline. Leer más