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Villarruel se cruzó con un abogado de Santiago Caputo: “Publiquen los carpetazos”
Victoria Villarruel intentó desmontar por Twitter el asedio de la tropa libertaria, que recrudeció de forma brutal desde la sesión que culminó con la expulsión de Edgardo Kueider el jueves pasado.
“Ante comunicados recientes de algunos partidos políticos que se arrogan la representación de mi persona y mis ideas, quiero expresar que hoy no hay lugar para la moderación”, tipeó el domingo, y aseguró: “No estoy participando de ningún armado político y, cuando lo haga, lo haré donde el Presidente Milei me lo pida”.
El mensaje apuntó a las especulaciones que sirven a sus adversarios en La Libertad Avanza (LLA) para justificar sus ataques contra ella. Tal como reveló LPO, un grupo de libertarios desencantados con el modelo de construcción de Karina Milei y Sebastián Pareja en Provincia de Buenos Aires trabajan desde hace meses en un armado que sirva eventualmente de plataforma a la Vicepresidenta, algo similar a lo que intenta Francisco Paoltroni, que se acercó a Carolina Losada en los últimos días.
Sin embargo, el descargo de Villarruel no habría colmado las expectativas de sus críticos. Un diputado parlasureño le manifestó su falta de confianza ante LPO: “Me encantaría creerle pero ya me decepcionó, calculo que es mejor estar unidos que separados”.
Al respecto señaló que “según el último tuit, parecería que Villarruel está intentando arreglar la relación, me parece bueno y creo que si sigue por ese camino y hace mérito podría demostrar fidelidad”. “Está claro que varios la seguiremos viendo con desconfianza por un tiempo”, expresó.
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Una senadora aliada del oficialismo lamentó la agudización del enfrentamiento entre la Vicepresidenta y Milei. “Es muy feo”, consideró.
En otro despacho cercano al de Villarruel reconocieron que la furia del primer mandatario se desató porque “ella sabía que no podía continuar al frente de la sesión para expulsar a Kueider pero siguió adelante ante la posibilidad de llevarse la gloria si evitaba la destitución y se lograba la suspensión de Parrilli”. En la jerga futbolística, dicen en los pasillos de la Cámara Alta, “es como si hubiera hecho una de más”.
Victoria Villarruel, en el recinto.
Aunque la Casa Rosada desactivó la campaña para declarar la invalidez de la sesión por la acefalía que hubo entre las 12 y las 19, un funcionario de carrera comentó que Villarruel habría recibido un llamado del teléfono rojo, una vez iniciado el debate, y dejó al puntano Bartolomé Abdala en el estrado. “¡Claro! Se va del recinto porque Milei está viajando a Italia y tiene que asumir la Presidencia”, habría dicho en ese instante, fuera de micrófono, la peronista Juliana di Tullio.
Si hasta la bancada de UP sabía del viaje, las excusas de Villarruel se desmoronan. Su persistencia por quedarse en el Senado se explicarían, en ese caso, como una forma de hacer frente a los aprietes que propios y extraños conceden que habría sufrido para eludir la convocatoria de los peronistas para echar al entrerriano.
Uno de los pocos dirigentes que quedan en el entorno de la Vice admitió que la presionaron desde Balcarce 50 para que abortara la sesión. Fuentes parlamentarias explicaron a LPO que Villarruel avisó que habilitaría el recinto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien se limitó a dar el OK sin demasiado entusiasmo.
Pero el objetor más furibundo fue el abogado Alejandro Sarubbi Benítez, representante legal de los trolls libertarios que lidera Santiago Caputo cada vez que deben afrontar demandas de sus víctimas. “Victoria absoluta de las Fuerzas del Cielo y ni siquiera hicieron falta los dos carpetazos”, escribió en X Sarubbi Benítez, retuiteando el mensaje de Villarruel.
La Vicepresidenta respondió a la provocación. “Por favor, publiquen los dos carpetazos. Estoy ansiosa por saber en qué hacen inteligencia sobre mí y sobre mi familia”, contestó, y añadió: “Voy a estar esperando la difusión de eso para hacer las correspondientes acciones legales”.
Ante la consulta de LPO, cerca de la vice indicaron que esa respuesta no significaba que ella asumiera que era víctima de espionaje. Sin embargo, el rumor de que sus contrincantes tienen pinchado su teléfono y escuchan sus conversaciones incluye la anécdota de una tarde en la que pidió a las autoridades del palacio que hicieran un barrido en su oficina para detectar micrófonos.
Como sea, un diputado libertario señaló que “Villarruel bajó un cambio y está acomodando la carga”.
Esta nota fue publicada en el portal LaPolíticaOnline. Leer más