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Macron impuso a la presidente de la Asamblea y la izquierda lo acusa de violar el reglamento
La diputada macronista Yaël Braun-Pivet, fue reelegida presidenta de la Asamblea Nacional este 18 de julio, al obtener 220 votos en la tercera y última vuelta.
En segundo lugar, el legislador del Partido Socialista, André Chassaigne, con 207 sufragios. Ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría absoluta-de 289 sufragios-en las rondas previas, por lo que fue necesaria una tercera votación en la que gana quien encabece los resultados.
Las diferencias en la izquierda amenazan con dejar a Francia al borde de un bloqueo total
Se trata de una elección que se torna clave para un Parlamento fragmentado después de las legislativas que no otorgaron la mayoría absoluta a ningún partido político, lo cual dividió la Asamblea en tres grandes bloques y ha generado dificultades para nombrar un primer ministro.
Esta votación no refleja necesariamente lo que será la elección del Primer Ministro pero expone la intención de acuerdo de Macron con el bloque conservador y algunos sectores de la extrema derecha.
Desde la Francia Insumisa cuestionaron la votación porque tuvo la participación de funcionarios del gobierno y eso no está permitido por el reglamento.
El secretario de Relaciones Internacionales del partido de Jean Luc Melenchon, Christian Rodríguez, dijo en sus redes sociales “con los votos del centro extremo macronista y la derecha, se eligió una presidenta macronista a la cabeza de la asamblea nacional francesa”.
Macron dice que nadie ganó las elecciones y aumenta la incertidumbre en Francia
“Elegida con 14 votos de diferencia, mientras votaron 17 ministros en ejercicio de Macron, que no tienen derecho a votar (reglamento de la asamblea). ¡Sumaron sus votos ilegalmente! Todo para impedir que sea elegido un presidente del Nuevo Frente Popular y así negar el voto popular. ¡Asqueroso!”, enfatizó.
La Asamblea tiene grandes facultades en la política interna del país. Está considerada la cuarta figura más importante del Estado, además de marcar el ritmo político de la Cámara Baja.
Organiza el trabajo parlamentario, dirige las deliberaciones, mantiene el orden de la sesión y puede suspenderla, entre otras prerrogativas. También puede acudir al Consejo Constitucional para que dirima si las leyes aprobadas son acordes o no a la carta magna.
Esta nota fue publicada en el portal LaPolíticaOnline. Leer más
